FanFIC no. 43 "Separacion.Rob"

LOS FICS son publicados Lunes, Miércoles y Viernes en los siguientes horarios: México 12 pm, Argentina 2 am, España 7 am. Al Staff nos complace mucho que tengamos mas lectores asiduos de este gran relato escrito por nuestra talentosa Escritora Irina, de igual forma los invitamos a comentar y participar cuando lo deseen, ya que nos gusta platicar e interactuar con uds.

Aviso sobre los FICS, sobre todo dirigido a las chicas más jóvenes que nos leen. A partir del relato 23 aparecerá contenido sexual explícito, con palabras y situaciones(Lemons). Deseo recalcar que esta historia ficticia Robsten es tal cual como la Autora considera que sucedieron los hechos y las situaciones de acuerdo a información documentada. A LAS PERSONAS IMPRESIONABLES FÁCILMENTE Y DE MENTE NO ABIERTA DEJAMOS A VUESTRA CONCIENCIA LA DECISIÓN DE LEERLO O NO. 

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FanFIC NO.43

"SEPARACION.ROB"
por Irene Mendoza

SEPARACION

Rob


Si hubiese podido parar el tiempo aquella mañana lo hubiese hecho. Pero el tiempo pasa y siempre amanece un nuevo día, queramos o no. 

El dulce cosquilleo cálido en el estómago no había desaparecido. Aun la deseaba. Intenté mantenerme despierto por ella pero el dulce sopor de después del sexo me venció. Cuando volví a abrir los ojos me encontré con su mirada verde fija en mí.

- Te has dormido – susurró Kristen pasándome la mano por el pelo.

- ¿Mucho rato? – musité.

- No, solo un poco pero ya son las 8 – dijo besándome en los labios.

- Ven – susurré atrayéndola hacia mí, tendiéndole los brazos.

Nos besamos con ansia, intentando apartar de nuestra mente la angustia que a ambos nos producía la próxima separación. Volvía a acudir a ella sabiendo que esta sería nuestra última vez por un tiempo, volvía a su piel para entregárselo todo, mi cuerpo y mi alma, como siempre. 

Lo hicimos una vez más, apurando los últimos momentos, mientras el sol salía implacable, con el ansia ciega y desesperada de la angustia de no saber cuándo volveríamos a hacerlo, si podríamos vernos pronto. 

Un dolor sordo se fue instalando en mi pecho intensificándose por momentos. Mientras los minutos veloces y crueles no dejaban de pasar. Consumimos nuestras últimas caricias, los últimos besos intentando retenerlos pero la luz de aquel nuevo día nos daba en los ojos obligándonos a desenredar nuestros miembros, cuya tendencia natural era ya la de estar unidos. 

Kristen se vistió frente a mi mientras, sentado en la cama, la miraba intentando memorizar todos y cada uno de los rincones de su piel, cada pliegue de su cuerpo. Eran míos ya.

Alargué la mano y la puse sobre su suave piel mientras todavía quedaba algo de su cuerpo a la vista. Enredó sus manos en mi pelo y tirando de mi nuca me atrajo hacia ella. Apoyé la cabeza en su vientre y cerré los ojos respirando su olor.

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Salimos del Chateau Marmont en dirección a la casa de Kristen. Mi mente daba vueltas y vueltas a una idea. <<¡Quiero cancelarlo todo, la película, N.Y., todo. No quiero irme, quiero quedarme en L. A. con ella, joder!>>, pensaba desesperado. Solo quería dormir con ella cada noche y despertarme con ella cada nuevo día.

Mientras Kristen conducía en silencio, concentrada en la carretera, distante. <<Una última mirada antes de que lleguemos a su casa. Nuestros últimos momentos a solas>>, pensé.

Kristen estaba quieta, callada. Paró en un semáforo y en un impulso la tomé de la mano con fuerza, sin soltarla. 

Tenía unos pocos segundos hasta que se pusiese en verde la luz roja y susurré: No quiero ir, quiero estar contigo. Ella apretó mi mano y cerró los ojos. Su cara se entristeció. Me miró de nuevo y la besé con ansiosa intensidad pero el salvaje tráfico de la ciudad se puso en marcha de nuevo y tuve que dejar su maravillosa boca. 

Llegamos a la casa de sus padres y nos recibió Jules Stewart.

- Hola Rob, cariño ¿Qué tal? – dijo dándome un par de besos.

- Bien, bien… apurado de tiempo, como siempre – suspiré entrando en la casa -. Preferiría poder quedarme un rato más pero tengo que coger un avión en 2 horas y pasar primero por mi hotel para recoger mi equipaje.

- Ya, ya sé, Kristen me lo dijo – dijo acariciándome la espalda. Luego miró a su hija que estaba a mi lado -. ¿Habéis desayunado?

- Eh… no, no hemos… tenido tiempo – dijo Kristen sonrojándose.

No pude evitar pensar en por qué no habíamos podido desayunar. La miré y sonreí. Kristen también me miró, esbozó una tímida sonrisa cómplice y bajó la mirada. 

- Por lo menos tomaros un café. Está recién hecho y no voy a dejar que te vayas a N. Y. con el estómago vacío, cariño.

- Gracias, Jules – dije.

De pronto apareció el que me imaginé sería el abuelo de Kristen, un simpático y robusto jubilado de Queensland que me palmeó con fuerza la espalda y se puso a hablarme de su ascendencia escocesa.

- Mi padre desciende de irlandeses – le dije.

- ¡Un buen muchacho católico de ancestros celtas, sí señor! – dijo con un marcado acento australiano achuchando a Kristen.

- ¡Abuelo! – gruñó Kristen sonrojándose de nuevo.

Por alguna razón me sentía a gusto en aquella casa. Una punzada de nostalgia me hizo acordarme de mi propia familia, tan lejos de allí. Miré a Kristen que me devolvió una mirada cargada de ternura y me tomó la mano apretándola. Ella me comprendía. Solo ese gesto ya me hizo sentirme mejor. 

Una llamada de Nick me sacó de mis ensoñaciones.

- Hola Nick, dime.

- ¿Dónde andas, Rob? Es casi la hora.

- Estoy en casa de Kristen, ahora iba para el hotel.

- Yo ya estoy en el hotel y he recogido tus cosas. Supongo que lo que te llevas a N. Y. será la maleta que has dejado en recepción.

- Sí, lo demás me lo va aguardar Kristen.

- Vale, no vengas al hotel, ya voy yo a buscarte, si no no vas a llegar.

- Vale Nick, gracias. Hasta ahora. 

Colgué para acabarme el café de Jules y miré a Kristen.

- ¿Qué dice Nick? – preguntó.

- Que viene para acá, me trae él mi equipaje.

- Bien – dijo Kristen con voz queda.

Nos quedamos callados un momento, mirándonos. Vi como Jules le hacía una seña a su padre y salía hacia la entrada de la casa. Una vez solos me acerqué a Kristen y mirándola a los ojos la tomé por la cintura atrayéndola hacia mi cuerpo, apretándome contra sus dulces caderas. Necesitaba sentir su calor un poco más. Ella apoyó su cabeza en mi pecho y me abrazó. Estuvimos así un rato, en silencio y fue ella quien se soltó porque yo era incapaz de hacerlo. Suspiré, la besé en la frente y la tomé de la mano para salir. Ella se puso de puntillas y me dio un dulce beso de despedida. 

Así, tomados de la mano salimos a la entrada de la casa. Kristen tenía que irse para elegir con Ruth el vestuario que llevaría en el posado que iba a hacer al día siguiente. Nick estaba a punto de llegar y esos últimos momentos fueron exasperantes. El abuelo de Kristen dijo estar encantado de conocerme. Jules me deseo un buen viaje con un abrazo y de paso me atusó un poco el pelo con cariño. 

Mientras Kristen se metió en su coche y se quedó sentada, quieta, reprimiendo lo que sentía, intentando mostrarse entera. Dejó la puerta abierta y me asomé al interior de su Mini para verla una vez más. Me sonrió y se puso las gafas de sol para que no viese su triste mirada. Alargué la mano hasta alcanzar la suya y la apretó con fuerza llevándosela a la cara, apoyándola en su mejilla y besándola con ternura.

- Nos vemos pronto – susurró.
- Sí, te llamo cuando llegue a N. Y.

- Sí pero acuérdate de que son tres horas más allí – sonrió -. Ahí llega Nick.

El coche de Nick venía por la carretera que daba a la casa de los Stewart. Entró en la propiedad y aparcó junto al coche de Kristen. Saludó a todos y se dirigió inmediatamente a mí. 

- Venga Rob, despídete, que se nos hace tarde.

- Bien – dije sintiendo como la tristeza me oprimía el pecho sin poder evitarlo y miré a Kristen -. Bueno, preciosa, cuídate mucho.

- Y tú – respondió con voz queda -. Va a ser genial, ya lo verás.

- Eso espero – suspiré -. Hablamos luego.

- Sí. Rob…

- ¿Qué Kristen?

No lo dijo en voz alta pero sus labios articularon un <<te quiero>> sin que saliese ningún sonido de su pequeña boca. Otra vez tenía ganas de besarla, muchísimas.

- Y yo a ti – susurré.

Me resistía a soltar su mano pero tuve que hacerlo. Kristen tiró un poco de la mía antes de soltarla del todo y me encaminé a la furgoneta de Nick no sin antes darme la vuelta para mirarla una vez más. 



Me acordé que el rodaje comenzaba en dos semanas, el 15 de junio. Antes vendrían las pruebas de vestuario y ensayos con el cast. Iban a ser 15 días muy largos.

...Continuará...