Fic 'La Fundación', Capitulo 38 por V-Team

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Fic La Fundación  Capitulo 38
"Behind the scenes. Rob. Lena"
por V Team

Imágenes: Elena

Lena

Estoy muy nerviosa, no dejo de juguetear con los dedos de mis manos. Les he insistido a las chicas que regresen al hotel, no tiene caso que todas permanezcamos aquí. Sin embargo se han negado. 

-Todas somos un equipo –dice Maca.

-No tendría caso, estaríamos igual que aquí, preocupadas –agrega Berta que se ve bastante afectada.

-Me parece tan triste que esto haya pasado justamente aquí –comenta Vero.

-Pudo pasar en cualquier lado –dice Lizz.

-Tienes razón Lizz, y pudo ser cualquiera de nosotras –afirma Xim.

En ese momento llegan Ani y Ángela con café para todas.

-Lena, ¿crees que deberíamos llamar a su familia? –pregunta Carol.

-Prefiero esperar un poco –contesto, convencida de que todo estará bien.

-Todo estará bien –me dice Fina posando su mano en mi hombro, y me siento reconfortada.

Bebo un poco de café, y reviso mi Blackberry, como hago por costumbre, tengo correos de Rob, ¡Rob! ¡Cómo voy a explicarle esto! Juego con el teléfono entre mis manos, lo guardo en mi bolso y lo vuelvo a sacar, no sé qué hacer. Abro sus correos, en uno me dice que aprueba a las nuevas candidatas P. y Samira, y en el otro que no olvidé hacer lo necesario para traer a la otra chica de España que quiere para guardaespaldas.

Doy un sorbo más al café, esperando pronto tener una idea más clara de cómo proceder. A veces siento un gran peso encima al ser la responsable de la Fundación y de las chicas. Aún tengo en mi cabeza dando vueltas los hechos. Los gritos, los disparos, la gente intentando salir. Pero el recuerdo más impactante fue ver a “V” saliendo en una camilla y subiendo en una ambulancia.

Finalmente aparece un doctor, se acerca a nosotras para darnos el reporte médico de “V”. Todas lo rodeamos angustiadas.

-¿Cómo está? –preguntamos casi en coro.

Guardamos silencio esperando buenas noticias.

Rob

Behind the scenes

La voz de Lena se oye apagada y temblorosa. Es difícil explicar lo que siento, es como un vacío, pero sé que no están en el hospital por cualquier cosa.

-¿Qué es lo que sucedió?

-¡Rob no lo sé! –Dice Lena y comienza a sollozar –todo fue confusión, no sé cómo pasó esto, yo…

-Lena, cálmate por favor –ahora estoy realmente asustado, el miedo de que algo terrible le haya pasado me invade, la cabeza me da vueltas –dime ¿cómo esta?

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-Está fuera de peligro –exhalo cuando la escucho decir eso –pero está un poco delicada, sufrió algunos golpes y tiene un esguince en la mano. 

-¿Y qué fue lo que pasó? –quiero saber, me tranquiliza que no esté en peligro, pero no deja de dolerme que algo malo le haya pasado, y me angustia estar tan lejos de ella.

-No sé exactamente –continua más calmada –los doctores dicen que pronto estará bien Rob, solo hay que esperar un poco y…

-¿Pero cómo es que no sabes que le pasó?

-Vinimos a Guadalajara al Congreso que te comenté, la participación de las chicas fue un éxito, estuvimos conociendo la ciudad y ayer por la noche, salimos a celebrar, fuimos a un centro de esparcimiento, estuvimos bebiendo un poco y oyendo música de mariachi, la estábamos pasando tan bien. De repente la música paró y se escucharon gritos, parecía una pelea de borrachos, empezó la confusión y luego uno de los tipos de la bronca sacó una pistola y lanzó disparos al aire.

 Toda la gente y nosotras intentamos salir corriendo hacia la calle, no sabemos bien lo que le pasó a “V”, ni por qué no logró salir de lugar, yo me reuní con las demás en el exterior y cuando vimos que ella faltaba nos preocupamos, pero tampoco podíamos entrar a buscarla. La policía llegó rápido y se llevó a los que ocasionaron todo, pero el ministerio público nos impidió la entrada, estábamos muy preocupadas, al poco tiempo vimos salir a “V” inconsciente en una camilla, nos asustamos mucho, luego la subieron a la ambulancia y la trajeron a la Cruz Roja. No nos han dejado verla, la hora de la visita es hasta las nueve y apenas son las cinco de la mañana. Pensamos que alguien la pudo haber empujado o que ella misma tropezó. Pero como te expliqué, los doctores dicen que estará bien.

-Voy a buscar el primer vuelo a México –digo convencido.

-¡Pero Rob! si lo haces, no podrás ver cómo va la situación con Mía.

-No me importa, Lena lo más importante ahora es “V”. Ella me necesita.

-Piénsalo bien Rob, en este momento estás más cerca de España que de México, aquí no hay mucho qué hacer. Ya te dije los doctores dicen que estará bien.

-Pues quiero verla con mis propios ojos. Lena, sabes bien que la amo, ¡no podría estar tranquilo! Aquí tan lejos.

-Al menos espera a que vea cómo está, ya te diré cuando la vea, y tal vez te quedes más tranquilo.

-Lena, faltan cuatro horas para eso.

-Bien, veo que no puedo convencerte.

-Lo siento.

Inmediatamente después de colgarle el teléfono a Lena, llamo a la agencia de viajes para que me consigan un vuelo. El más próximo es dentro de once horas lo que significa que estaría llegando a México mañana a antes del amanecer, me parece mucho tiempo, pero es lo mejor que hay. No lo pienso y lo tomo. 

Empiezo a empacar, estoy listo para salir en menos de veinte minutos. Apenas ha pasado una hora desde que hablé con Lena y todavía faltan tres horas más para que ella vea a “V”. Estoy como león enjaulado, dando vueltas en la enorme habitación del hotel. Me siento desesperado. No estaré tranquilo hasta verla. 

Salgo del hotel, el encierro me pone mal. Empiezo a caminar sin rumbo por la calles de París. Llego hasta Montes Elíseos, hay demasiada gente y ruido, me pongo nervioso. Doy vuelta en Avenida Montaigne, donde hay lujosas tiendas y hay menos ruido. Pienso que será mejor regresar al hotel y llamar a Lena. Sin embargo algo me impulsa a entrar a una tienda, ni siquiera me fijo en el nombre y entro, tengo en mente algo especial desde hace mucho, sé lo que quiero y se lo digo una de las dependientas que inmediatamente me ofrece tomar asiento en una de las cómodas butacas de cuero de la lujosa joyería. Otra chica me ofrece una bebida. 

En pocos minutos la primera chica regresa con una especie de tabla forrada de terciopelo negro con tres finas piezas, descarto una por el tamaño tan exagerado, aunque sé que en realidad para “V” cualquiera le parecerá un exceso, a ella no le gustan las cosas superfluas, incluso sé que me arriesgo a que me rechace el obsequio, me encanta un diamante azul rodeado de dos hileras de diamantes, pero es muy llamativo, y termino eligiendo un diamante en forma de corazón un poco más pequeño y una delicada cadena de platino.

Espero que cuando le diga lo que este regalo significa no lo rechace y pueda entender cuanto la quiero.

Lena

Luego de recibir noticias de “V”, y saber que esta fuera de peligro, les pido a algunas chicas regresen al hotel, se van más tranquilas y prefiero que vayan a descansar pues nadie durmió en toda la noche. Me quedo solo con Lizz y Berta. 

A la hora de la visita, solo se nos permite pasar una por una, así que paso primero. “V” está despierta, parece que tampoco ha tenido una buena noche. Tiene una herida en el labio inferior, tiene la mano vendada y el dedo meñique inmovilizado, la bata blanca que cubre la mayor parte de su cuerpo deja ver un par de moretones en las piernas

-Lena –me dice como saludo –por tu cara creo que debo lucir terrible –me alegra que conserve buen humor.

-¿Cómo te sientes?

-No muy mal, Lena, solo un poco adolorida. Y el dedo meñique no me sirve para nada así que… por favor dime que ya nos vamos de aquí, odio los hospitales –dice “V” con desesperación.

-Lo siento, pero no te han dado de alta. Quieren tenerte un tiempo más en observación.

-Vaya que tengo mala suerte.

-“V” pero… ¿Qué fue lo que te pasó? Todas salieron menos tú.

-No lo sé, todo fue tan rápido. Solo recuerdo que luego del primer disparo choqué con un jovencito, eso me hizo trastabillar y creo que tropecé con una silla que seguramente alguien habrá dejado en el paso en medio de la confusión, eso explicaría los moretones en las piernas. Para cuando escuché el tercer disparo ya estaba en el suelo, creo que debí desmayarme porque no recuerdo más nada, pero me siento como si alguien me hubiera pasado encima. Cuando recobre el sentido estaba en la ambulancia y los paramédicos me hacían preguntas.

-Lamento que hayas pasado por esto. Estuvimos esperando casi toda la noche a que nos dieran noticia tuya, las chicas se asustaron mucho. 

-Lo siento Lena, creo que el miedo me invadió y no miré por donde iba.

-Fue un accidente, le pudo pasar a cualquiera. Por cierto Rob me llamó y le dije lo que había pasado, está en París, pero insiste en volver inmediatamente.

-¿Cómo? Pero no es necesario, yo… no quiero interrumpirlo en su trabajo –noto nerviosa a “V”.

-Le diré lo que piensas, pero será difícil disuadirlo.

Dejo a “V” para que las demás entren a la habitación. En cualquier momento Rob llamará, creo que lo tranquilizaré cuando le diga que he visto a “V”. Saco mi teléfono para revisar si tengo algún correo y me doy cuenta que se ha quedado sin batería.

-Rob va a matarme –digo para mí.

Rob

Estoy de nuevo en el hotel, pero no logro comunicarme con Lena, esta desesperación me está matando. Para cuando por fin logro comunicarme con Lena ya estoy llegando al Aeropuerto Charles de Gaulle a unos treinta minutos de mi hotel.

-Rob lo siento, el teléfono se quedó sin batería. 

-No te preocupes, dime ¿cómo está?

-Ella está bien, probablemente mañana la den de alta, sus heridas son leves, pero los médicos aún desean descartar cualquier cosa.

-Me tranquilizas un poco Lena, sin embargo yo salgo para México en un par de horas.

-Entonces ¿nos volvemos a alejar de Mía?

-No es así Lena, y aunque la encontrara necesito un documento legal para poder traerla conmigo o al próximo que acusen de secuestro será a mí. Lo mejor será dejar que el investigador nos diga cómo proceder y nos busquemos un buen abogado ahora que estamos muy cerca de recuperar a la niña.

-Tienes razón, con tantas cosas que han pasado nunca pensé en esa posibilidad, no podemos actuar por nuestra cuenta, pero entonces eso significaría decirle todo a“V”. 

-No, eso no, quiero que sea una sorpresa, no le diré nada a menos que sea estrictamente necesario. Pero vamos a tener que hacer una pequeña trampa, y tú vas a ayudarme.

-Me asusta cuando me dices esas cosas. 

...CONTINUARA...