FIC IRINA '50 Sueños de Verano' Relato 45 'Un final con regreso'

Los FICs de este Blog quedan organizados de la siguiente manera: 

LUNES:  FanFic Robsten de Irina,      

                      Fic la Fundación de VTeam 
MARTES:  Fic 'El fin del Mundo' de Xim

MIÉRCOLES:  FanFic Robsten de Irina     
JUEVES: Fic 'El fin del Mundo' de Xim

                   Fic la Fundación de VTeam  
VIERNES: Fic '50 Sueños de Verano' de Irina
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Aviso sobre los FICS, sobre todo dirigido a las chicas más jóvenes que nos leen ya que aparecerá contenido sexual explícito, con palabras y situaciones (Lemons). Personas impresionables fácilmente  dejamos a vuestra conciencia la decisión de leerlo o no.                         

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FIC-IRINA  50 Sueños de Verano'

Cap XLV "UN FINAL CON REGRESO"

por IRINA (Irene Mendoza)
Imágenes: Elena

´´Las vacaciones más extrañas de mi vida´´, me dije. Sola y disfrutando de estos extraños sueños de verano.

Nunca me había gustado estar sola pero ahora, por fin, sentía que estaba bien conmigo misma, que no me pesaba la soledad elegida, que la aceptaba con gusto y la disfrutaba incluso. Y creí que ese extraño estío tenía mucho que ver con todo eso.

Esa misma mañana acababa de terminar de leer la trilogía de 50 sombras de Grey. Los tres tomos descansaban ya sobre mi mesilla uno encima del otro. 

´´Tengo que darle las gracias a Arantza por regalármelos´´. Me dijo que me iban a encantar y así había sido. Ella dijo que eran 'inspiradores'. No podía ni imaginarse hasta qué punto lo habían sido.

Mis delirantes sueños con Rob, los personajes de sus películas, mis propias fantasías, Christian Grey, mi vida pasada, todo mezclado en esas apasionantes ensoñaciones estaban siendo increíbles. Tanto que se me había pasado por la cabeza escribirlos. No quería olvidarme de ellos, de esas sensaciones tan… sensuales que había experimentado aunque solo fuese mientras dormía. 

Estaba convencida de que por obra y gracia de esos ensueños eróticos tan vivamente explícitos me sentía mucho más lujuriosa y excitada, más deseable y desinhibida que nunca. Y sentía que volvía a estar preparada para una aventura o incluso para enamorarme de nuevo. Que gracias a mis sueños y a Rob como motor de mi inspiración, había sanado mis heridas y mis cuentas con el pasado. 

´´Sí, definitivamente me siento preparada´´, asentí aliviada.

Pero todo acaba, me dije y temía que al concluir este verano también lo hicieran mis extraordinarios sueños. El último, convertida en vampira neófita, había sido como un final anunciado. Aun así sonreí y me puse a preparar la maleta para mis últimos días de vacaciones. Iba a pasarlos en París, visitando a Arantza y estaba muy ilusionada.

Mientras recogía y doblaba mi ropa me di cuenta de que este verano me había comprado prendas mucho más sensuales y provocativas sin querer. 

Vaporosos vestidos de seda para la noche, transparencias, prendas más ajustadas de tonos alegres, mucho color rojo y ropa interior muy sugerente. 

Me sentía mucho más atractiva. Definitivamente lo estaba, dije echándome un vistazo rápido en el espejo del dormitorio.

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El verano y ese descanso merecido ya estaba llegando a su fin, aunque se había alargado 20 días más de lo previsto gracias a todas las horas extras acumuladas durante el año y a mi último trabajo en Seattle. 

´´Todavía voy a tener que agradecérselo a mi jefa´´, pensé sonriendo.

Siempre he creído que Mónica, mi jefa, tiene telepatía conmigo y que acababa de leerme el pensamiento porque en ese mismo momento recibí una llamada suya en mi móvil.

- Hola Mónica, dime – respondí.

'Alégrame el día'. Seguro que me llamaba por algún marrón de última hora. Solo se acuerda de mí para eso. Los aumentos de sueldo siempre son para otros´´, pensé.

- Te necesito.

- Estoy de vacaciones ¿recuerdas?

- Claro, te las pago yo – se rió.

- Me quedan unos días aun. Casi una semana – me quejé.

- Lo sé pero tenemos una vacante y nos urge cubrirla.

- Y has pensado en mí, solamente en mí – le dije sarcástica.

Recordaba la última vez que había pensado en mí y la lluvia de Seattle, el hotel de tercera y el empresario octogenario del año y ya estaba pensando cómo iba a rechazar su ofrecimiento con buenas palabras y una disculpa veraz. 

- Es un buen puesto y representa un aumento considerable – prosiguió.

- Ya tuve bastante con lo de Seattle, Mónica. Prefiero terminar mis vacaciones e incorporarme a mi puesto habitual – me excusé.

- No te miento – insistió -. El desagradecido de Alister nos ha dejado, se ha ido a otra agencia y te he propuesto para cubrir su vacante. Serías jefa de departamento. Ya no más vuelos económicos ni hoteles baratos. Nunca más.

´´La verdad es que viajar en primera clase y dormir en hoteles de esos de cinco estrellas y con encanto no estaría mal´´. Sentía que había trabajado duro todos estos años, que me había sacrificado en lo personal, incluso demasiado y que me lo merecía.

- ¿Dónde está la trampa Mónica?– pregunté.

Mónica suspiró al otro lado del teléfono y lo soltó.

- Londres. El trabajo es en nuestra sede central.

Me quedé callada. ´´¡Mierda! Si me hubiese dicho Barcelona, Milán o Nueva York… pero Londres… ¡Londres no!´´, me dije. Salí de allí hace años. Más bien huí y acababa de estar hacía nada visitando a Bea y Arrate. 

Entonces no había podido evitar recordar aquella ya lejana y amarga despedida, aunque hubiese sido en sueños y le hubiese cambiado a él por Rob. 


Había algo en él, en Rob, que me lo recordaba tanto…

Esa ciudad me traía demasiados recuerdos. Aunque por otro lado allí viví mis mejores años, tras terminar la universidad y encontrar mi primer trabajo, el amor.... 


No era mucho, no me sobraba el dinero pero fui intensamente feliz durante esos años. Y también muy desgraciada al final.

- ¿Estás ahí? – preguntó Mónica devolviéndome al presente.

- Mónica… yo… - suspiré -. Londres no, no puedo regresar.

- No te lo pediría si no pensase que puedes con el puesto. ¡Eres la mejor para él! Conoces el tipo de trabajo, la ciudad, tienes contactos… ¡y te lo mereces! – exclamó -. Y el pasado es pasado.

- Lo de los contactos… No lo creo, no después de casi diez años.

- Siempre te has quejado de que no contaba contigo más que para los desastres de última hora. No voy a negarte que este es otro desastre pero es el que estabas esperando – insistió.

- Mónica… - imploré.

- Te mereces ese puesto más que nadie y la verdad es que solo puedo confiar en ti.

- Gracias Mónica pero…

- No pienses en el pasado. Acepta por favor – me pidió.

´´La vida es así´´, me dije. Y siempre tuve la sospecha de que todas las cosas tenían un por qué, que ocurrían por algo. 'Tal vez sea hora de regresar'.

Cogí aire con fuerza para responderle a Mónica.

- Está bien pero pienso disfrutar de los 6 días de vacaciones que aún me quedan.

- Cinco. Hoy ya no cuenta.

- Cinco – resoplé.

- De acuerdo pero en cinco días te quiero en Londres preparada para trabajar.

- Tu mandas – sonreí y sentí como un escalofrío de emoción me recorría el cuerpo.

- Voy a reservarte vuelo… - comenzó a decir.

- No tan deprisa, Mónica. Mañana me voy a París. Iba a terminar mis vacaciones allí, visitando a una amiga y su familia.

- No hay problema. Viajarás desde allí.

- Vuelo en primera clase. Promételo.

- ¡Por supuesto! Te quiero en las oficinas dentro de 6 días. Yo misma estaré para ponerte al tanto de todo y dejarte al cargo.

- Allí estaré Mónica.

- Gracias – me dijo y su voz sonó sincera y emocionada.

- No hay de que – asentí.

Colgué e inmediatamente me di cuenta de que debía mudarme. ´´Tendré que llamar a una empresa de mudanzas y pedirles a mi hermana y a mis padres que me ayuden. No tengo mucho tiempo para empaquetar todas mis cosas y enviarlas a Londres pero… ¿a dónde las envío? ¿Dónde viviré?´´.

Volví a coger el teléfono, esta vez para llamar a mi amiga Bea..

- Bea, hola. ¿Cómo va todo?

- Bien, ¿y tú? Ya sabes, añorando las vacaciones. Siempre se hacen cortas. ¿Qué tal las tuyas?

- Bien, diferentes. Por cierto… ¿Podrías alojarme de nuevo en tu casa por unos días? – pregunté.

- Claro, sin problemas. Echas de menos Londres ¿eh? – rió. 

- Solo serán unos días hasta que encuentre algo allí. Vuelvo a Londres, Bea, a trabajar. 

- ¿Y eso? – exclamó.

- Ya te lo contaré cuando llegue. Dentro de cinco días. Te llamaré antes para concretarlo todo.

- ¡Te lo dije! Te dije que volverías – exclamó encantada.

...CONTINUARA...