Fic 'La Fundación', Capitulo 47 por V-Team

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Fic La Fundación  Capitulo 47
BEHIND THE SCENES. ROB
por V Team

Imágenes: Elena

Estoy en mi habitación pensando en lo inevitable, juego con mi teléfono celular y encuentro un par de fotos de V… lo que hago es tormentoso pero parece que me gusta el sufrimiento, en una de las fotos estamos en Guanajuato, en ese viaje maravilloso que tuvimos a solas, estamos abrazados y yo mismo tomé la foto estirando mi brazo delante nuestro para capturar la imagen, en la otra foto solo aparece ella, se la tome sin que se diera cuenta en uno de los paseos. Miro la foto embobado, y de repente “V” entra a mi cuarto. La veo fijamente mientras se acerca.

-Finalmente te irás –le digo no preguntando sino anunciando el hecho.

-Es lo mejor para mi hija –dice con la voz un poco temblorosa –ambos sabíamos que esto no tenía futuro. 

-Me alegra haberte dado lo que más querías. Yo…te quiero –le digo acercándome a ella esperando un milagro. 

Por un momento creo que lo consigo, ella se arroja a mis brazos, la sostengo fuerte, me dice que me quiere apenas en un susurro; hundo mi cabeza en su cabello aspirando su aroma y me vienen tantos recuerdos a la mente. Por mi mente corren varias imágenes, la primera cuando la vi en el noticiero, mi único deseo era ayudarla, pero su presencia, su llegada a mi vida lo había cambiado todo, me inspiró ternura y terminé enamorándome de ella. No lo planee, era inevitable amar a alguien así, tan hermosa y dulce, inteligente, comprensiva y sensible; parecía indefensa y después me demostró lo fuerte que era. Algún día creí que el destino me había puesto ahí frente a ese televisor para conocerla y darme una nueva vida, pero ahora, ahora que se estaba yendo, se la llevaba consigo.

Quisiera que ese momento fuera eterno, o que durara al menos el mismo tiempo en que en mí apareciera el valor de pedirle que se quedara, porque era ella con quien yo siempre había soñado y ahora toda mi vida giraba a su alrededor. Pero eso no sucede, V… se aleja de mí, pone dos dedos sobre mis labios y me mira triste. 

-Se me quedan los besos que ya no podré darte –le digo intentando contener mi dolor.

-¡Rob! –dice y me acerco para besarla pero me detengo al ver que ella está indecisa.

-Te llevas mi corazón.

-¿Quieres que te lo devuelva? –dice refiriéndose al diamante.

-No, no, no. Hablé en sentido figurado. Quise decir que al igual que el diamante, mi corazón te pertenece y te pertenecerá siempre. Nunca te olvidaré –digo y la abrazo.

-Te amaré siempre –contesta zafándose suavemente de entre mis brazos y dejando la habitación.

***

La miro por la ventana mientras se despide de las chicas. No puedo creer que finalmente esto esté pasando. Mira hacia donde yo estoy y me encuentro con sus ojos, me sonríe, el corazón se me encoge. Me quedo inmóvil por un momento, luego una solución me viene a la mente, ¿por qué no se lo propuse antes? un impulso me lleva a salir de la casa, salgo corriendo de la habitación y bajo deprisa las escaleras pero ya es demasiado tarde, Vicente se ha llevado a “V” y a Mía. Me quedo parado atrás de las chicas, mientras veo a la camioneta alejarse. 

 Ellas se dan cuenta de que estoy atrás a punto de desmoronarme. Se acercan a mí y pienso que van a confortarme, en vez de eso me reprenden.

-¿En verdad vas a dejarla ir? –dice Berta.

-Rob no puedes dejar que “V” se vaya –dice Maca, inmediatamente después.

-Rob te vas a arrepentir –dice Angela.

-Ella te quiere y tú a ella –dice Carol.

Las miro desconcertado, creí que la única que sabía lo nuestro era Lena.

-¿Ustedes lo sabían?

-¡Ay por favor! era bastante obvio –dice Lizz.

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-Rob todavía puedes ir tras ella –me anima Vero.

-Sí, Rob anda –dice Samira al tiempo que me empuja ayudada por 8:56 y P.

Subo al volvo y conduzco a toda velocidad tratando de alcanzar mi corazón y al amor de mi vida. Alcanzo la camioneta a mitad del camino rumbo al aeropuerto. 

Hago sonar el claxón para que Vicente se detenga pero parece no entenderme, presiono con fuerza el acelerador para rebasar a la Suburban, Vicente me mira y se sorprende cuando me le emparejo; baja la velocidad y aprovecho para ponerme adelante y cerrarle el paso.

Se oye un rechinido de llantas. Bajo del Volvo y camino hacia la camioneta, miro al interior y primero hago una seña a Vicente para que se calme pues me mira intranquilo, en la parte de atrás está “V” que abraza a Mía y parece asustada pero su mirada cambia cuando ve que se trata de mí. Ambos bajan del vehículo.

-¿Todo bien señor? –pregunta desconcertado.

-Sí, Vicente, gracias. 

-Rob ¿qué sucede? –dice luego de aventar la puerta del auto y caminar hacia mí.

-¡Sucede que te amo! que no podré vivir sin ti y por eso… –la tomo de las manos –no puedo dejarte ir. Sé lo que piensas pero voy a proponerte algo que no perjudique a nadie. Quédate conmigo por favor. 

-Rob yo… yo no sirvo para estar a tu lado, tu puedes encontrar a alguien más, alguien con una vida más parecida a la tuya.

-Pero no quiero a nadie más, yo solo te quiero a ti. Tú me devolviste la ilusión, me diste un motivo para enfrentarlo todo y ahora quiero que seas tú la que viva a mi lado –la rodeo por la cintura, aprieto fuerte su cuerpo contra el mío –Así qué dime, ¿quieres unir tu vida a la mía por siempre? 

No dejo que me conteste con palabras, la beso y dejo que sean sus labios los que me respondan.

***

Ella no está muy convencida pero acepta mi propuesta, hemos llegado a un acuerdo. Está insegura que mi solución funcione pero no lo sabremos si al menos no lo intentamos. Antes de subir a la camioneta “V” me pide que aún no le digamos nada a Mía.

-No quiero confundirla, para ella todo esto será un cambio y no sabría cómo explicarle. Ella no ha conocido más padre que Carlos, espero que puedas entenderme.

Carlos… me quedo pensando, “V” aún no sabe que el tipo se está muriendo, ¿debía decírselo o quedarme callado? No estaba seguro si me correspondía a mí contarle.

-Claro que te entiendo, haré lo que me pidas, pero creo que Mía y yo nos llevaremos bien –digo sonriéndole a la niña que nos mira desde el interior del auto inquieta.

-Lo sé.

Vamos hasta donde Mía que sigue extrañada.

-Cariño, ¿te gustaría que nos quedáramos unos días más aquí en la playa?

-¿Podemos mami?

-Sí, mi amor –le contesta y me parece que está feliz de quedarse tanto como yo.

Vicente regresa en el Volvo y yo en la camioneta junto a “V” y Mía. Cuando las chicas nos ven aparecer dan saltos de felicidad, todas sonríen, algunas aplauden y algunas gritan emocionadas. Excepto Fina que parece que se ha limpiado algunas lágrimas.

“V” me mira preocupada, sé que es por Mía.

-Tranquila, yo me encargo. Esperen aquí.

Bajo de la camioneta y hago una señal a las chicas con las manos extendidas intentando calmarlas.

-Rob, ¿Qué paso? –pregunta Xim.

-“V” aceptó mi propuesta.

Escucho gritos y exclamaciones de todo tipo.

-¿Le has pedido matrimonio? –pregunta Berta emocionada con las manos juntas sobre el pecho.

-No precisamente.

-¿Pero por qué no? 

-Es complicado chicas, ella ya no cree en el matrimonio, pero al menos ha aceptado quedarse conmigo, estaremos juntos –nuevamente se emocionan, –sin embargo les pido discreción, por la niña, necesitamos explicarle…

-¡Ah! Claro la niña –agrega Juno.

Todas se tranquilizan al escuchar que estaremos juntos y viviremos nuestro amor, solo que no habrá boda, pero albergo la esperanza de que pueda cambiar de opinión, y por ahora respetaré su decisión.

Regreso por Mía y “V” al auto y las ayudo a bajar, caminan hacia las chicas y reciben abrazos y besos. Cumplen con lo prometido y son discretas pero no pueden evitar mostrarse emocionadas.

-Nos alegra que te hayas quedado –dice Lena, “V” solo contesta con una sonrisa, parece desconcertada.

-Estamos felices por ustedes –dice Maca.

-Nos da gusto que hayan vuelto.

-Gracias chicas –contesta “V”.

***

Luego de desempacar, las chicas entretienen a Mía para que “V” y yo podamos hablar con más calma.

-¡Rob! –Me reprende cuando nos dirigimos a la estancia e intento abrazarla.

-Tranquila amor, no hay problema ya, las chicas lo saben y Mía está con ellas en el jardín.

-Perdona, me costará un poco acostumbrarme, es que lo ocultamos tanto tiempo que…

Deja que la tome de las manos, pero se suelta inmediatamente cuando Dolores entra a la habitación.

-Perdón señor, alguien busca a la señorita V....

-¿Quién la busca?

-El señor Carlos Duarte.

...CONTINUARA...