FanFIC no.119 'Desayuno. Kristen'

Somos un Blog ROBsessed, donde solo deseamos seguir contando la versión de Irina en la historia Robsten como lo veníamos haciendo anteriormente. Este FanFic es parte medular de este Blog ROBERT PATTINSON EN ESPAÑOL, razón por la cual  suplicamos RESPETO al comentar los relatos. Si No os sentís preparados para leerlos No lo hagáis, eso no va a ofender a Irina. Pero rogamos evitéis críticas destructivas que si pueden molestar mucho y crear mal ambiente en el Blog.

Asi quedarán organizados los FICs en este blog:

LUNES:  FanFic Robsten de Irina
                  MARTES:  Fic 'El fin del Mundo' de Xim
MIÉRCOLES:  FanFic Robsten de Irina 
JUEVES: Fic 'El fin del Mundo' de Xim
             VIERNES: Fic '50 Sueños de Verano' de Irina

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FanFIC no.119

"DESAYUNO. KRISTEN"
Imágenes: Elena

Un baño caliente suele relajarnos pero esa tarde no lo conseguíamos ninguno de los dos. Me había enfurecido de verdad que alguien se creyese con derecho a seguirnos para ´´informar´´ sobre nosotros. Y Rob estaba desolado y rabioso.

¿Realmente no había cosas más importantes en el mundo sobre las que escribir? ¿Se divertía tanto la gente husmeando en nuestras vidas? ¿Es que no tenían vida propia?

- No le des más vueltas, Rob – dije apoyada en él, sentada en la bañera, entre sus piernas.

- ¡Me jode muchísimo que nos estropeen así las vacaciones! – renegó.

- No nos han estropeado nada, cálmate – susurré girándome para besarle con ternura.

- Aun – dijo enfadado.

- No, no es cierto, no lo han hecho. 

- Para mí sí, ya me lo han estropeado. Este lugar era mío, nuestro – murmuró con tristeza.

- No nos encontrarán, cariño.

´´Siempre lo hacen´´, pensé desilusionada mientras Rob resoplaba con fuerza, apretándome contra su cuerpo.

- Nunca en mi vida imaginé que llegaría a odiar tanto a gente que no conozco de nada. Lo hago y cada vez más – dijo Rob con verdadero resentimiento.

- No les dejes, Rob. No dejes que nos hagan esto, que nos conviertan en peores personas – le suplique asustada al ver su rostro y su expresión de rencor.

Me acurruque entre sus brazos y le miré a los ojos. Y ante esa mirada mía llena de ternura, con la que le decía todo lo que no se puede decir con palabras creo que le llené de mi cariño e hice que se calmase y que relajase su expresión y dejase de fruncir el ceño por fin.

Me besó en la frente. Entonces regresó su habitual calma. 

Rob es muy frágil y muy fuerte al mismo tiempo, templado y apasionado a la vez. Oscila entre ambas personalidades pero sin que le sobrepase ninguna del todo. Creo que así logra mantener el control y puede sobrellevar esta caótica vida que tenemos. Yo necesito rodearme de gente que me tranquilice y me frene para no perder mi delicado equilibrio. Y Rob es de esas personas. Y como a veces es muy crío para las cosas simples y cotidianas pues eso hace que no me ocupe tanto de mis propias inseguridades. Yo soy más complicada en las grandes cuestiones. Creo que tengo una personalidad inestable y que parte de crecer supone mantenerla a raya. Por eso me gusta estar a su lado. Rob me calma en cierto modo y me hace bien. Cuando estamos separados largo tiempo siento que… que me pierdo.

Rob suspiró sin abandonar mis ojos, me acunó entre sus brazos y me relajé escuchando el latir de su corazón, sintiendo la tibieza suave y delicada de su cuerpo, mucho más agradable que el calor del agua de la bañera.

Estuvimos así sosegándonos el uno al otro, solo dándonos consuelo en forma de caricias y besos tiernos, hasta que el agua comenzó a templarse.

- ¿Salimos y vamos abajo? Se oyen voces – susurré.

- Sí, a ver que quieren hacer esta noche – suspiró.

- ¿Te apetece salir?

- No, no mucho. Prefiero quedarme aquí. Ya saldremos mañana a celebrar el año nuevo.

- Vale. Lo que tú quieras pero no estés enfadado – hice un puchero y preferí no insistir.

Rob parecía ya menos enojado pero aún no del todo. Y aunque no parezca a simple vista tiene muy mal genio, a pesar de su fácil sonrisa.

- No lo estoy, amor y menos contigo – suspiró – Solo es… Es que estoy empezando a estar cansado, muy cansado. Empiezo a soñar con desaparecer, la otra noche soñé eso, te lo juro.

- Tú siempre eres el que me dice que me lo tome con sentido del humor.

- Tienes razón – dijo levantándose de la bañera y ayudándome a salir – Venga, vamos abajo con los demás. Esta noche tocaremos un poco para animarnos.

- ¡Genial! Creo que voy a inaugurar la trompeta – sonreí dándole un beso.

- Sí, preciosa – dijo acariciando mi trasero mojado.

- Un poco de jazz, blues… country – reí enrollándome en una toalla.

- Sí y después… sexo- gruñó en mi cuello, mordiéndome.

Y solté una sonora carcajada que me salió del alma. No podrían con nosotros, no señor. Aunque por otro lado sabía que tal vez el estar juntos lo hacía todo aún más complicado. Vendíamos más juntos que separados, estaba claro. Y por eso mismo iban con tanta saña a por nosotros.

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Bajamos a preparar la cena entre todos y después de cenar nos pusimos a jugar al billar un rato. Cuando nos cansamos todos sacaron sus guitarras. Sam, Marcus y Rob terminaron tocando y hasta versionaron a Johnny Cash. Al final me convencieron para que tocara la trompeta y a pesar de no ser precisamente una experta lo hice.

La velada acabó con Rob cantando ´´I was broken´´ con Sam acompañándole a la guitarra, a altas horas de la noche. 

I was broken

I was tired now I’m [bound]

My head is off the ground

For a long time I was so weary

Time will decide, but before

No one loves the nighttime at the door

[Hope she] finds things I’ve [deemed]

Something between the burning light and the dusty shade

Said I used to think the past was dead and gone

But I was wrong, so wrong

Whatever makes a [---] makes you strong, makes you strong

And by time I’m melting into many forms

From the day that I was born

And I know that there is no place to hide

Something between the burning shade and the faded 
light

(…)

Siempre me emociona escucharle. Me hace temblar y me pone la piel de gallina su voz dulce y áspera a la vez, su intensidad dolorosa.

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Nos acostamos ya de madrugada y despertamos casi al mediodía.

Comenzaba a oírse ruido en la casa. Esos ruidos de gente levantándose, bostezos, la cadena del retrete, la ducha. Me desperté pero ni me moví. Se estaba tan bien bajo las sábanas…

Rob dormía a pierna suelta y nunca mejor dicho porque se había adueñado de la cama estirando los brazos y las piernas. Yo descansaba en un lado, acurrucada bajo el hueco que dejaba su brazo. Suele dormir así, arrinconándome en la cama y yo le voy empujando con el trasero para que se mueva y me deje espacio, si no acabaría por tirarme de la cama. 

Aunque lo de empujarle así, con esa parte de mi anatomía tiene sus peligros. Rob duerme como un bebé y se mueve mucho. Suele darse la vuelta de repente y me despierta casi siempre, sobre todo al principio o al final de la noche. Es entonces cuando repara en mi trasero y acabamos despertándonos el uno al otro, acariciándonos y apretándonos entre las sábanas, haciendo el amor casi medio dormidos.

Me deslicé entre las sábanas levantándome muy despacio para no despertarle. Escuché muy quieta como Rob gruñía y se daba la vuelta para continuar durmiendo boca abajo, dejándome una magnífica vista de su espalda y de su bonito trasero, que admiré con una sonrisa en los labios.

Me puse su camiseta interior y unos pantalones de chándal y tras pasar por el cuarto de baño baje a la cocina a ver que se podía preparar para desayunar. Los anteriores desayunos los habían preparado los chicos y este era el último del año, así que quería lucirme y dejar bien claro que sabía preparar perfectamente un buen desayuno inglés pero eso sí, obviando las dichosas alubias a las que no consigo acostumbrarme.

Rebusqué en el frigorífico y en los armarios. Rob se había quejado del desayuno poco contundente que había preparado Sam Y Tom. Marcus era otro desastre en la cocina, como él. Es mejor que no se acerque a ella. Podría incendiarla sin querer.

¡Quería contundencia, pues la iba a tener! Huevos escalfados, salchichas, bacon, champiñones y tomates asados sobre pan tostado y un porridge de avena con frutas y canela preparado, todo no iba a ser perfecto. Para los menos tragones té, café, zumo de naranja y tostadas con mantequilla y confitura de arándanos, la que más me gusta. 

Me pasé casi una hora preparándolo todo e hice de sobra para los demás, dejándolo sobre la mesa, dispuesto para que se sirviese cada uno. Poco a poco se fueron dejando de oír ruidos en el piso superior y todos fueron apareciendo por la cocina, al olor del bacon crujiente.

- Hola Kristen – dijo Marcus dando un bostezo.

- Buenos días – saludó Tom somnoliento.

Sam y Jamie emitieron una especie de sonido que quería parecer un saludo.

- Hola ¿y las chicas?

- En la cama todavía – dijo Sam olfateando el aire como un oso del Canadá -. ¡Qué bien huele!

- Eh, ¿has hecho todo esto tu sola? – preguntó Marcus.

- ¿Ves a Rob por alguna parte? Hoy desayunaremos con fundamento, nada de cereales solos con leche. Tenemos un montón de comida en la despensa y es el último desayuno del año.

- ¡Pues muchas gracias! – dijo Marcus sentándose a la mesa seguido de los demás.

Mientras comenzaban a servirse yo me puse a abarrotar una bandeja con todo lo necesario para un desayuno en la cama.

- ¿Tú no te sientas, Kristen? – dijo Tom.

- No, voy a llevarle el desayuno a la cama a Rob.

Escuche unas sonoras risas y burlas a mi espalda, mientras salía de la cocina y no les enseñé el dedo medio porque iba cargada con la bandeja, que pesaba lo suyo. En vez de eso puse los ojos en blanco sin despedirme.

Tuve que tener cuidado para no perder el equilibrio al subir las escaleras y llegué sana y salva y con todo intacto al dormitorio.

Rob continuaba dormido y nada más verle sonreí sin remedio. Seguía con el culo al aire, boca abajo, las piernas estiradas ocupando la totalidad de la cama, la cabeza ladeada dejando ver su boca entreabierta, el pelo todo revuelto y una cara de total felicidad.

Dejé la bandeja posada sobre un lugar seguro, me quité el pantalón de chándal y cogí un trozo de churruscado bacon aún caliente. Me senté en la cama cerca de Rob y se lo pasé cerca de su nariz. Inmediatamente vi como la arrugaba e inspiraba a la vez que emitía un goloso ´´Uhmm… bacon´´ y sonreía.

Se me escapó una risita y él abrió un ojo sonriendo de medio lado. Estaba guapísimo. Me acarició la parte baja de mi espalda con una de sus grandes manos y la bajó hasta mis piernas, rodeando uno de mis muslos y entonces mordió el bacon quitándomelo de entre los dedos con sus dientes y dejó de mimarme inmediatamente.

- ¡Eh, tramposo! – me quejé.

- ¡Qué bueno! Adoro el bacon.

- Más que a mí al parecer.

- Uhmm… pues ahora que lo dices, casi tanto.

Le propiné un azote en el culo haciéndole reír y ya me estaba levantando cuando Rob me cogió por la cintura con fuerza, haciéndome caer encima de él.

- ¡Anda, déjame! que se va a enfriar el desayuno.

Rob sonrió y me besó con ansia. 

- Sabes a bacon – reí -. ¿Tienes hambre?

- Un montón. Ya sabes que el sexo me da hambre.

Puse los ojos en blanco y negué con la cabeza levantándome de encima de él para coger la bandeja.

Rob comió de todo con un extraordinario apetito y parecía estar de excelente humor. Ya no se acordaba del artículo del periódico local ni del molesto periodista que iba preguntando acerca de nosotros por todo Ventnor y alrededores.

- Me recuerda a mis desayunos de niño, en Barnes. Sobre todo el porridge. Gracias, preciosa – dijo dándome un dulce beso con sabor a mermelada de arándanos.

...CONTINUARA...