FanFIC no.126 'Los Globos de Oro. Rob'

Somos un Blog ROBsessed, donde solo deseamos seguir contando la versión de Irina en la historia Robsten como lo veníamos haciendo anteriormente. Este FanFic es parte medular de este Blog ROBERT PATTINSON EN ESPAÑOL, razón por la cual  suplicamos RESPETO al comentar los relatos. Si No os sentís preparados para leerlos No lo hagáis, eso no va a ofender a Irina. Pero rogamos evitéis críticas destructivas que si pueden molestar mucho y crear mal ambiente en el Blog.

Asi quedarán organizados los FICs en este blog:

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FanFIC no.126

"LOS GLOBOS DE ORO. ROB"
Imágenes: Elena

LOS GLOBOS DE ORO

Rob

El martes 11 de enero Kristen y yo viajamos desde Baton Rouge a L. A. en un jet privado. 

Las regrabaciones de ´´Agua para Elefantes´´ se realizaron en L. A., en los estudios de la Century Fox, situados al oeste de Beverly Hills desde el 12 al 16 de enero. Reese Witherspoon y yo teníamos que volver a grabar algunas escenas para el metraje final y yo acudí con el constipado y el catarro más grande que he tenido jamás.

Me goteaba la nariz, tenía los ojos llorosos, los oídos taponados y no paraba de toser como un perro. Dean me pasaba pañuelo tras pañuelo y la pobre Reese tuvo que besarme una y otra vez mientras yo apenas podía respirar por la nariz. 

Al final le llené de mocos la peluca que le habían puesto. Fue bastante embarazoso pero acabamos por reírnos mucho.

También estuve grabando varias escenas con bebés y por primera vez en mi vida sentí que me encantaban esos humanos pequeñitos, rechonchos y con pañales que debían hacer de mis hijos, los de Jacob, en la película. 

Sujetando a esos bebés me di cuenta de que quería eso algún día, sí definitivamente lo esperaba, esperaba ser padre. Aunque realmente no me sentía preparado aun para aquella responsabilidad o para cambiar esos apestosos pañales sucios. 

Después de un rato cargando a uno de los bebés me di cuenta de que se había hecho caca porque comenzó a oler fatal. Pero no encontraba a su madre por ninguna parte y el dichoso olor era insoportable así que, intenté cambiarle yo mismo pero desistí enseguida. Menos mal que Reese, que tenía bastante experiencia en esos engorrosos y repugnantes asuntos, andaba por allí y pudo echarme una mano antes de que regresara la madre.

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Terminé las regrabaciones un día antes de lo previsto pero aún me duraba el resfriado. 

El 16 por la mañana hice los ensayos para la gala de los Globos de Oro en el Hotel Beverly Hilton de Los Angeles y aún seguía tomando medicamentos para el catarro y la congestión nasal. No tenía mi mejor cara y para colmo tuve que cambiarme el pelo oscuro con el que esta vez me habían caracterizado de Edward por uno más claro para las regrabaciones de ´´Agua para Elefantes´´. El cambio se realizó mediante una especie de mousse que me echaron en la cabeza, cuyo resultado fue un extraño tono pelirrojo.

Encima, mi personaje de Jacob lucia cierto tono bronceado del cual no quedaba ni rastro en mi tez pálida por naturaleza. A esas alturas yo parecía un verdadero vampiro, ojeroso, paliducho y flaco. 

Me aplicaron un autobronceador que me coloreo el rostro durante unos días y que aún perduraba el día de la gala de Los Globos de Oro pero algo anaranjado y nada natural.

Resultado: me veía fatal. Menos mal que los trajes a medida obran milagros en los hombres. Te pones un buen traje y pareces otro.

- ¿Seguro que no quieres venir? – le pregunté a Kristen tras quedar con ella finalizado el ensayo general.

- No, no quiero alimentar a esos buitres – dijo molesta – Además, me duele un poco la cabeza y estoy algo afónica. Cenaré con mi madre.

- ¿Ves cómo te he contagiado?

- No te preocupes, no es nada. Ya sabes que me pongo afónica enseguida – sonrió con desánimo.

- Sí, yo tampoco quiero que consigan ni un solo dólar gracias a nosotros. Si está en mi mano evitarlo lo haré. Que sigan especulando cuanto quieran mientras tanto – asentí.

Kristen me miró fijamente unos instantes.

- No podrán con nosotros ¿verdad? – preguntó de pronto, con un tono de angustia en su voz.

La miré a los ojos y vi preocupación en ellos. 

- Claro que no, amor – suspiré besando su frente.

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Ella se abrazó a mí con fuerza y supe que necesitaba prolongar ese abrazo, sentirse protegida. A veces no hace falta tener sexo para proporcionar afecto. A veces solo se necesita un abrazo o una mirada sincera para demostrarse amor y que los miedos y los sinsabores se disipen durante un rato.

Estuvimos así, aferrados el uno al otro, en silencio, un buen rato.

- Pero me verás por la tele, ¿no? – susurré.

- Claro que sí – sonrió agarrándome de la camiseta.

Tiró de ella atrayéndome hacia su cuerpo y me besó con ansia. 

- ¿Quieres mis bacilos? – reí.

- Sí, pero no tus mocos. No quiero acabar como la pobre Reese – sonrió -. Anda, tómate la medicina para la congestión.

Se lo había contado, lo de la peluca llena de mocos y nos habíamos estado partiendo de la risa durante un buen rato.

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Así que medio ojeroso y sordo de un oído acudí a la gala para participar como presentador. Como siempre llegué al borde del ataque cardíaco pero nada más encontrarme con Shaun Robinson me tranquilicé. 

Es más agradable que te entreviste una cara conocida y ella había sido siempre muy amable conmigo y también con Kristen. Y si encima tienes al ´´suegro´´ en la alfombra roja pues mejor que mejor.

Shaun tenía una sorpresa, la primera foto de la luna de miel de Edward y Bella. Era de una sesión fotográfica. Todavía no habíamos rodado las verdaderas escenas de sexo entre los recién casados. Solo pensar en eso me hizo sonrojar.

La verdad es que era una foto bonita y muy dulce aunque al mirarla de nuevo me vi como si estuviese ´´olisqueando´´ la cabeza de Kristen y como a veces me olvido de poner freno a mis palabras, lo solté y me entró la risa.

Me tocó sentarme al lado de Helen Mirren y nada menos que con Bruce Willis y bueno, este tipo de eventos son algo pesados pero la cena no estuvo mal. 

Lo mejor de todo en los Globos de Oro son los intermedios en el bar. Lo malo es que al final de la larga entrega de premio más de uno y de una acaban totalmente beodos. Pero son mil veces más entretenidos que los Oscar.

Mi compatriota, Ricky Gervais, amenizó bastante bien el evento, a pesar de las furibundas críticas que recibió después. Creo que no se entendió bien su cruel sarcasmo inglés. 

Tuve que presentar junto a Olivia Wilde el premio a la mejor película extranjera, con un impecable esmoquin oscuro de Gucci y camisa de Armani, todo a medida, con corbata fina. 

Odio las corbatas pero más aún las pajaritas. Alguien me dijo que era un color medianoche, ni azul, ni negro.

Al terminar el evento Nick estaba encantado. La audiencia se había disparado durante mi intervención y había sido uno de los momentos más vistos de la gala. 

El bueno de Nick estaba entusiasmado. Es un buen tipo y hace bien su trabajo y con él como agente no necesito publicista para nada. Siempre me ha dado buenos consejos, desde el principio.

Después pude conversar un rato con el presentador de la gala, mi admirado protagonista y creador de ´´The offiice´´, 

Ricky Gervais, y le felicité por su cáustica e irreverente presentación. Humor inglés puro y duro. Tom Hanks y su mujer Rita Wilson se unieron a mis felicitaciones. Más tarde, junto con Peter Facinelli y escoltado por Dean nos dirigimos al after party de los Globos, en el propio hotel Beverly Hilton.

Tocaba pasearse por casi todas las after partys de L. A., obligatorias si quieres conseguir un trabajo en Hollywood: NBC, HBO y por supuesto la fiesta de Weinstein. Hay que dejarse ver en ellas si no, no eres nadie.

Tuve por delante una auténtica maratón de fiestas a las que me acompañó Peter Facinelli. A mitad de la noche yo ya estaba agotado.

En la de HBO me encontré con mi amigo Andrew Gardfield y su por entonces novia Shannon Woodward.

- Rob, eh tío ¿Qué tal todo? – exclamó Andrew dándome un abrazo.

- Bien, bien. ¿Qué haces por aquí? – dije abrazándole también.

- Dejarme ver. Ya sabes, como tú.

- Sí, buscando trabajo – reí.

- Tomate algo ¿no?

- No puedo beber, estoy tomando una medicación y puede que me duerma.

- ¿Estás enfermo? – preguntó extrañado.

- He tenido gripe y aún estoy constipado, prácticamente no oigo nada pero creo que esta noche es lo mejor. No escuchar, solo sonreír – bromeé.

Andrew se rió con mi sinceridad y a mí me entró la tos.

- ¿Ya te cuida esa chica tuya, Kristen?

- Sí, sí que lo hace – sonreí.

- ¿Y dónde está? – preguntó mirando a su alrededor.

- Viéndome por la tele – sonreí -. No tenía ganas de enfrentarse a todo este circo. Además, creo que le he contagiado la gripe.

- Ya, la verdad es que no paran de hablar mierda de vosotros – dijo dándome una palmada amistosa en la espalda -. Pero te veo bien tío, me alegro mucho de verte, en serio.

- Sí, estoy feliz. He decidido quedarme aquí y bueno, comprarme una casa.

- Eh, genial, tío. ¿Vas a vivir con Kristen?

- Ya vivo con ella – asentí.

- Yo también vivo con Shannon pero es difícil, tío.

- Sí, la convivencia es complicada, ¿verdad?

- Y este trabajo tiene muchas distracciones, ya me entiendes – sonrió pero cambió de tema inmediatamente en cuanto apareció Shannon con una cerveza para mí en la mano.

Shannon es una gran chica, ambos lo son. Estuve un buen rato charlando con ella mientras Andrew hacía contactos. Y me di cuenta de que se sentí un poco sola. La verdad es que Andrew no la estaba haciendo ningún caso esa noche.

No sé porque la gente engaña y se engaña a si misma al mismo tiempo. Sé que Andrew es un buen tipo en realidad. En esas fechas estaba rodando una precuela de Spiderman y ya había fuertes rumores que le unían a la actriz principal, Emma Stone. 

Me marché pronto, afónico y con una congestión nasal importante. No estaba para trasnochar demasiado y cómo no, 

en los días posteriores salieron rumores de que yo había estado en la fiesta post gala con una misteriosa rubia que se fue conmigo. Y claro está, según esos rumores yo estaba borracho cuando en realidad solo me había tomado un par de cervezas porque tenía gripe. Luego metieron a Kristen en el ajo y dijeron que ella se había negado a acompañarme y que la discusión posterior nos tenía al borde de la ruptura.

Debo ser de otro planeta porque no entiendo a la gente que pierde su tiempo leyendo chismes de mí o de otras personas. Si eso son fans prefiero no tenerlas, francamente.

Andrew y yo acordamos quedar un día, tomar unas cervezas y nos intercambiamos los teléfonos pero luego nunca se sabe. Demasiados proyectos, trabajo, viajes. Todo es difícil en Hollywood, hasta la amistad.

...CONTINUARA...