FanFIC no.143 'Cumpleaños. Rob'

Somos un Blog ROBsessed, donde solo deseamos seguir contando la versión de Irina en la historia Robsten como lo veníamos haciendo anteriormente. Este FanFic es parte medular de este Blog ROBERT PATTINSON EN ESPAÑOL, razón por la cual  suplicamos RESPETO al comentar los relatos. Si No os sentís preparados para leerlos No lo hagáis, eso no va a ofender a Irina. Pero rogamos evitéis críticas destructivas que si pueden molestar mucho y crear mal ambiente en el Blog.

NOTA: ESTE FIC IRINA SE PUBLICA LUNES Y JUEVES

Asi quedarán organizados los FICs en este blog:

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FanFIC no.143

"CUMPLEAÑOS.ROB"
Imágenes: Elena

No hubo una fiesta de despedida para La Saga. Siempre sentí que nos faltó algo para despedirnos bien, de verdad. Supuse que haríamos una gran fiesta, con toda la gente que participó durante estos años, directores actores, técnicos, todos pero no fue así. Pero la gente se fue marchando escalonadamente, por grupos y un buen día solo quedábamos Taylor, Kristen y yo.

Creo que, en realidad, todos dimos por bueno que fue la celebración del cumpleaños de Kristen la verdadera fiesta de fin de rodaje. Ya era como una tradición celebrar su cumpleaños en el set. Así había sido en todos los rodajes menos en el de Eclipse. 

En realidad, para Stephenie Meyer Bella era la verdadera protagonista de la historia y no Edward, por lo tanto lo era Kristen y no yo. Ella contaba su historia en primera persona. Edward solo era un reflejo de lo que ella veía de él. Todos los personajes lo eran. No es la historia de un vampiro diferente es la historia de una chica diferente que decide ser vampiro. Creo que poca gente lo ve así y comentándolo con Kristen al principio, cuando rodábamos Crepúsculo, siempre hemos pensado que eso es una injusticia para el personaje.

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Estuvo casi todo el cast, gente del equipo, familiares, hasta Lily Collins que al parecer tenía un rollo con Taylor, del que no nos había dicho nada y del que no había dicho nada a nadie.

La fiesta se celebró en Rockwell's Bar&Grill del Hotel Executive Suites en Squamish. Había buena, comida un DJ pinchando música y hasta una tarta de chocolate, la preferida de Kristen. El restaurante fue alquilado y cerrado para la noche del 9 al 10 de abril y la fiesta fue privada y con invitación. Como siempre se extremó la precaución pero siempre hay alguien que se suele ir de la lengua, por unos dólares claro, y en días posteriores salieron fotos de hasta los preparativos de las carpas, de las estufas que se colocaron para caldear la fiesta y de las bombillas que adornaban e iluminaban la amplia terraza.

Cuatro años celebrándolo juntos. Tres durante el rodaje de la Saga. El cumpleaños de Kristen era todo un clásico, como algo más de la Saga.

El cast, la producción, todos decidieron regalarle a Kristen la moto de Bella, como recuerdo y todos, uno por uno, probamos la moto. Primero fue Peter, luego yo, aunque no sé montar en moto, en realidad. Fue Kristen quien se atrevió a dar dos vueltas pero luego no podía bajar y yo la ayudé sosteniendo aquel trasto que pesaba muchísimo.

- Taylor, ven aquí a echarnos una mano – pedí.

- ¡Para que están tus músculos, tío! – chilló Kristen.

- Ya voy yo – dijo Kellan riéndose.

La moto estuvo de nuevo quieta en su sitio y Kristen y yo nos apartamos del resto para fumarnos un cigarro a medias y charlar.

- ¿Te gusta? – le pregunté al oído, rozando su mejilla con la punta de mi nariz.

- Mucho, la guardaré en el garaje de la casa de Los Feliz – asintió.

- Estás muy callada – le susurré al oído.

- Es que… - se mordió el labio antes de darle un sorbo a la botella de Heineken -. Estaba pensando en… esta esta mañana.

Esa mañana la había despertado dándole suaves y ligeros besos en su espalda desnuda y ella se había hecho la remolona bajo las sábanas. 

- ¿Ah, sí? – reí quitándole el botellín de cerveza para beber de donde ella había bebido.

Kristen asintió y volvió a quitarme la cerveza para continuar bebiendo, sin apartar sus ojos de mí.

- Sí, ha sido… Es la canción más bonita que he escuchado jamás.

- Es la canción más sincera que he escrito – respondí algo avergonzado -. Y eso que no la has llegado a escuchar entera.

Le había cantado la canción que había compuesto para ella y no me había dejado terminarla porque se había acercado hasta mi desnuda para besarme, tocarme y pedirme al oído ´´Hazme el amor, Rob. Házmelo ahora cariño´´.

Solo intenté plasmar en palabras, mezcladas con unos cuantos acordes, lo que ella representa para mí. No creo que lo supiese realmente. No creo que por aquel entonces fuese consciente de mi determinación por estar con ella contra todo y contra todos.

- Y ha sido un… perfecto polvo de cumpleaños – susurró en mi oído.

- Gracias – sonreí y se me escapó una breve risa.

- El del año pasado también lo fue y el del anterior.

- Espero no repetirme mucho.

- Repítete todolo que quieras.

- Cuando estás achispada te vuelves… - dije agachándome para susurrarle al oído, con las manos en los bolsillos.

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- ¿Qué? – rió desafiante.

- Impúdica.

- No, solo me sincero mucho más – negó con la cabeza, riéndose.

Volví a agacharme para darle un breve beso en los labios.

- Tenía algo más para ti pero no ha llegado a tiempo. Lo compré por internet – me disculpé.

- No importa. Ya llegará – susurró acariciando mi vientre y dándome otro beso en los labios, no tan casto como el mío.

- Eso espero, antes de que nos marchemos de Vancouver.

- ¿Qué es?

- No te lo voy a decir. Es una sorpresa. Una bobada – sonreí acercándome a besarla.

La volví a besar e intenté que fuese un beso breve y sin intención, estábamos rodeados de gente y a ninguno de los dos nos gusta dar la nota con las muestras de cariño. Es incómodo para el resto de la gente. Pero entonces ella suspiró y metió su lengua en mi boca, tan solo un poco justo antes de arrepentirse y apartarse.

- Quiero besarte – susurró.

- Yo también – suspiré sonriendo.

- Pero si nos vamos dentro juntos se va a dar cuanta todo el mundo – dije mirando a mi alrededor.

- Lo sé. Sería demasiado obvio y luego nos harían chistes.

- Sobre todo Peter y Kellan– dije.

- Sí, sobre todo ese par.

- Vete tu primero, luego entraré yo. El bar estará vacío – dijo.

- Me esconderé por ahí, preciosa. Búscame – le susurré al oído.

Y me fui. Kristen se quedó afuera charlando con varias personas. En ese momento pensé que estaba claro que el pretender escapar de los paparazzis perpetuamente me estaba volviendo un paranoico. 

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Entré en el restaurante. Todos los camareros iban y venían sirviendo copas por la terraza y nadie se percató de mi incursión. Me escondí en lo que me pareció una especie de despensa, junto a las cocinas y me dispuse a esperar. Kristen tardaba en llegar y comencé a impacientarme. 

Resoplé, hacía frío, el lugar parecía una nevera. De pronto escuché su voz llamándome, ´´¿Rob?´´. La puerta se abrió y apareció ella riéndose. De afuera llegaba la música de ´´Love the way you lie´´ de Eminem y Rihanna.

- He dicho que venía al cuarto de baño y Dakota quería acompañarme. Me ha costado deshacerme de ella – resopló.

La tomé por la cintura sin decir nada y comencé a besarla sin dejarla seguir hablando. Ella enredó su lengua con la mía sin dudarlo, ávida y jadeante.

- Cómo me apetecía besarte, nena.

- A mí también – susurró sin apenas apartar sus labios de los míos.

El beso se intensificó, Kristen se puso de puntillas y yo la apoyé contra la pared. Mis manos se deslizaron hasta su trasero para apretarlo y presionar mi vientre con el suyo.

- Aquí hace frío – jadeó.

- Pues vamos a calentar esto, ¿te parece? – susurré excitado.

- Uhmmmm, sí, vamos – rió.

Eminem rapeaba: Alguna vez quisiste tanto a alguien, que apenas puedes respirar cuando estas con ella. Lo encuentras y ninguno de los dos sabe qué los golpeó.Tienes ese sentimiento confuso y cálido… y nosotros jadeábamos el uno en la boca del otro, apasionadamente, devorándonos a besos.

Entendía ese sentimiento, perfectamente. Era lo que sentía cuando ella susurraba que me amaba, era lo mejor del mundo escuchar eso. La miré jadeante apretándola contra mi cuerpo, ardiendo de ganas de hacerle el amor allí mismo. Los besos y las caricias no me bastaban.

- Te deseo… tanto, amor.

- Yo también – gimió temblorosa.

Me acerqué a la puerta y me cercioré de que estaba bien cerrada. Kristen comenzó a quitarse la ropa, la sudadera el jersey, la camiseta y finalmente el sujetador. Impaciente comencé a desabrocharme los pantalones. Me excitaba tanto verla tan dispuesta… Emití un gruñido de pura lujuria, ella rió y no dudé un segundo y la tomé con fuerza entre mis brazos cargándola contra la pared, sin dejar de saborear su lujuriosa boca, 

la maravillosa boca que esa misma mañana me había hecho un felación increíble después de que yo le hubiese hecho lo que creo, a juzgar por la sonoridad de sus gemidos, un notabilísimo cunnilingus. 

Nos soltamos los pantalones mutuamente, a toda velocidad y nos los bajamos. La sostuve por los glúteos acariciándoselos con mis manos, con sus muslos rodeándome. No hubo preliminares, no hicieron falta, ambos estábamos tremendamente excitados. Creo que a ambos nos pone el hecho de tener que escondernos. La penetré con fuerza y ella exhaló un salvaje gemido de placer. Noté como se dilataba recibiéndome, húmeda, tierna y caliente.

- ¿Querías esto, preciosa? – susurré ronco.

- Sí… sí – asintió jadeando sin cesar.

Va a sonar un poco bestia lo que voy a decir pero creo que Kristen es una mujer muy sexual, le encanta el sexo. ¿Por qué no? ¿Debería ser de otra manera por ser mujer? A mí también me encanta el sexo. ¿Es diferente porque yo soy un hombre? No lo creo.

Creo que ella ha nacido para ser amada, y quiero ser yo quien lo haga, quien le haga el amor como debe hacérsele, mucho y bien. Se merece eso por mi parte y es lo que intento. Ambos somos muy sexuales y sé que nos costará volver a estar separados mucho tiempo. Van a ser casi 4 meses alejados. Nos hemos acostumbrado a estar siempre juntos. A ambos nos va a resultar muy difícil. 

Y os aseguro que si el celibato es duro lo es aún más la soledad. 

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Mis caderas chocaban contra su cuerpo, su sexo contra el mío, cada vez más fuerte, cada vez más rápido. Era genial sentirla así, tan entregada. Mis embestidas se hicieron más profundas e intensas lo que provocaba en ambos potentes jadeos. Kristen gemía cada vez más alto, de un modo delicioso. Me pedía más y más, me agarraba del pelo por la nuca, con fuerza y yo me hundía en su interior aferrado a sus cimbreantes caderas. Ella cerró los ojos y arqueó la espalda anticipándome su inminente orgasmo y yo aumenté mis acometidas al máximo.

Kristen abrió los ojos y apoyé mi frente en la suya. Un gruñido de fiero éxtasis salió de mi garganta. Mi orgasmo estaba a punto de producirse. La besé con ansia, cerré los ojos y ella emitió un grito ahogado por mi lengua, al sentir como me derramaba en su interior.

Terminamos a la vez, mirándonos a los ojos, exhaustos, acalorados y jadeantes. La sostuve entre mis brazos sin salir de ella aguardando a que ella recuperaba el aliento mientras yo disfrutaba acariciando su pequeña cintura admirándola, sofocada y satisfecha.

Cuando comenzó a respirar más lentamente salí de ella con suavidad y la ayudé a posarse en el suelo.

Nos besamos suavemente en los labios y de pronto me di cuenta de que eso no era una despensa.

- Kristen…

- Qué – susurró sin abandonar mis labios.

- Creo que estamos en una cámara frigorífica – musité.

- ¿Qué? No puede ser, yo no siento frío.

- Normal – reí -. Anda salgamos.

Nos pusimos la ropa e intentamos aparentar tranquilidad.

- ¿Qué pinta tengo, Rob? 

- Estás preciosa, con cara de… recién follada – le susurré al oído con una sonrisa.

Kristen me miró alucinada, haciéndose la ofendida

- Pues no te has visto la tuya. 

- ¿Y cómo es mi cara de recién follado, preciosa? – bromeé.

- Un poco boba – rió.

La besé con ternura en los labios. No nos dimos cuenta de salir por separado y nada más volver a la fiesta Dakota apareció.

- ¿Dónde andabas? Te he estado buscando – le dijo a Kristen.

- Ya te lo he dicho. He ido al lavabo y… - balbuceó Kristen.

De pronto nos miró, me di cuenta de cómo se fijaba en mis orejas y abrió mucho los ojos. Miré a Kristen, aún tenía las mejillas deliciosamente encendidas.

- Lo siento chicos. Os he pillado – dijo Dakota riéndose. 

- ¡Oh, dios! Voy a por unas cervezas – dije totalmente avergonzado, poniendo los ojos en blanco mientras escuchaba a Dakota decirle a Kristen ´´Cuenta, cuenta´´ y a ella responder con un rotundo y expresivo ´´Noooo´´, que acompañó con una risita.

La miré y ella se giró en ese mismo momento, encontrándose con mis ojos y arqueando una ceja me sonrió y yo no pude evitar devolverle una sonrisa de pura satisfacción. ´´Esa es mi chica´´, pensé orgulloso de ella.

...CONTINUARA...